En nuestro periplo veraniego pasamos por Zamora, una ciudad donde puedes disfrutar de su fantástica gastronomía con delicias tales como: el arroz a la zamorana o las alitas de bayadoliz entre otros.
La ciudad, pese a su tamaño, está bastante reventada de graffiti. En el corto fin de semana que duró nuestra visita, pudimos ver desde piezas del 98, que consiguen ponerte una mueca de sorpresa en el rostro, a murales que pudieron haber sido hechos el día anterior a nuestra llegada.
Esta visita nos dejó una sensación muy buena, tanto por sus gentes como por unas producciones de calle donde te cae la polla al suelo, y te sorprenden acciones de grupos como NLOW o TTT.