En Madrid empiezan los atascos, las noches son más largas y volvemos a los eventos con el esperado solo show de Spok Brillor, en la galería con más solera de Madrid, la Galería Kreisler, de la mano de Ink And Movement.

Siempre que tenemos que hacer una crónica procuramos llegar los primeros a la expo para poder hacer las fotos sin molestar ni ser molestados, pero ayer llegamos pronto y flipamos. Desde la apertura de puertas la sala estaba abarrotada, así que confirmamos el gran poder de reunión que tiene Spok. Estuvimos desde el chandalero al ejecutivo y todos gozándolo.

La verdad que siempre es un placer ver el trabajo de Spok Brillor y, esta vez, más porque hacía mucho tiempo que no veíamos tantas obras nuevas juntas, con esa nitidez a la que nos tiene acostumbrados y sus permanentes guiños al graffiti. No hay cuadro que no tenga una firma, o una pota o una pieza o en el que no lo encontremos escondido en una señal, un luminoso de un bar…

Con las obras que vimos podríamos hacer tres bloques: uno de paisajes urbanos con infinitas referencias al centro de Madrid y alguna escena típica de escritor.

Otro bloque en el que metemos un cuadro más onírico, con un guiño a M. C. Escher, donde podemos ver la noche y el día, la tranquilidad y la destrucción… en un plano que parece desdoblarse. Y un conjunto de obras más personales con escenas de su vida que emergen de un plano de metro plagado de códigos.

Y para cerrar hay otro bloque más corpóreo con cuatro estructuras de madera con diferentes atributos y neones, que dibujan cada una de las letras de SPOK.

Sin lugar a dudas una expo que desde hacía tiempo era más que necesaria para la escena madrileña. Pásate hasta el 3 de octubre.