Aprovechando el festival «Art Basel», pasamos unos días en Miami, lugar que encontramos bastante limpio y desamparado para lo que pensábamos encontrar, pero que en cuestión de días cambió radicalmente. Durante el fin de semana más prolífico, donde por la mañana había un mural, por la tarde ya lo estaba alguien pisando, y por la noche estaba alguien pisando sobre pisado. Vamos, el coño de la bernarda en su máxima expresión, donde podías ver más de un escritor con cara de preocupación mientras se dirigían a sus muros para comprobar si seguían intactos. Una magnifica experiencia que nos ha permitido ver un movimiento y una cantidad de graffiti abismal, donde pudimos comprobar cómo se las gastan en estates.